A pesar de eso, Guillermina se defendió: «Pensar que yo voy a entrar a un proyecto para molestar a alguien es un montón. Me parece una locura que yo encararía un proyecto para hacerle mal a alguien. No es mi espíritu. Yo soy cuidadosa y contemplativa. Pero además es una necesidad laburar, y decir que yo destruyo a un ex por hacer un trabajo artístico. Es muy fuerte, es una locura, es un golpe muy bajo e innecesario».
«La realidad es que no dejo que me dañe, pero me duele cuando mi mamá o mis hijos ven eso que se dice y les duele y lo sienten injusto. No soy de confrontar, me expreso con respeto siempre, pero después de la pandemia, estar juzgándonos por qué o por qué no se hizo algo, es una locura», explicó durante el ciclo radial Por si las moscas.
Además, dijo que «es injusto por el canal porque me vienen llamando desde la primera temporada de Masterchef, y me corrí siempre. Hoy hace 6 meses estoy separada, con el mayor amor que tengo por él. No le hice mal a nadie, ni le falté respeto a nadie. Y ni siquiera tiene lógica porque nadie podía especular con eso, porque yo tenía una máscara puesta».
Guillermina consideró que las críticas vienen desde una postura machista: «Pensar así es una mirada sobre la mujer objeto, que me pusieron ahí porque soy la ex de, y si puedo o no estar en un canal por ser la ex de uno o la ex de otro. Ahora soy la ex, ex. Me resulta muy injusto, porque ni mis hijos, ni mi familia, ni mis amigos merecen esa situación. Me enoja porque a ellos les duele».
«Marcelo (Tinelli), que con mucho amor me dejó muchas cosas lindas me dijo ‘no se contesta, porque es echar luz sobre un tema’, pero contesté porque ver a mis seres queridos preocupados por eso, me pareció el límite, cuando están tan alejados de la verdad, de la verdad de lo que soy, de lo que vibro, de lo que pienso y de lo que siento, me duele un toque», concluyó.