Rosa, Oscar, Elena y otros protagonistas de envejecimientos activos y deseantes

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Más oportunidades de participación social, espacios de intercambio intergeneracional y mayor autonomía y poder de decisión son algunos de los deseos de un diverso grupo de personas mayores, que coincidieron en la necesidad de avanzar en una concepción desprejuiciada de la vejez.

Sentados en ronda en una de las salas de la casona donde toman talleres de música, teatro, yoga, arte y tecnología, entre otras actividades brindadas por la asociación civil Proyecto Suma, el grupo apuntó algunas reflexiones acerca de qué significa la vejez, qué lugar hay para ellos en la sociedad y qué aristas deberían mejorarse.

Particularmente movilizados quizás porque «el taller es de música y toca fibras muy profundas de uno», hablaron de la autoestima en la vejez, la soledad y los miedos y la importancia del encuentro.

A continuación algunos pasajes de sus testimonios:

Rosa, 83 años

Le gusta estudiar literatura y el idioma hebreo.

«La vejez se mira con temor, con desdén y como que le pasa a otros muchas veces. Sería sumamente bueno que todas las personas puedan interactuar con distintas edades para ‘ponerse en el zapato’. (…) «A mi me gusta ir al cine y al teatro, pero para poder sostenerlo hay que pensar que esos lugares tengan ascensores, poner horarios más tempranos para la gente mayor, distintas cosas que podrían facilitar el bienestar de las personas. (…) Siempre es importante estar en contacto con la calle y el afuera, porque uno sale y ve perros pasear, padres con bebés, jóvenes, niños, cómo son y cómo dejan de ser. (…) Con la pandemia, la muerte apareció en mi vida en forma de dominó. Es muy fuerte porque uno se queda sin esos referentes afectivos. Pero rescato que por suerte pudimos aprender a jugar por Zoom, formar parte de otros grupos».

Foto Florencia Downes

Foto: Florencia Downes.

 

Oscar, 82 años

Le gusta la economía y estudió contador.

«Cuando yo era el nieto o el hijo, recuerdo que el centro de la mesa en una reunión familiar lo ocupaba la juventud y las personas mayores estaban en un rincón. Ahora estoy notando que los que ocupamos el rincón somos nosotros. Es inevitable porque muchas veces no puedo dialogar porque hablan muy acelerado y yo que tengo algún problema auditivo me resulta difícil mantener una conversación. (…) Es importante aceptar nuestros límites físicos pero también que las otras generaciones aprendan sobre esto, hablar más pausado, acompañar e integrar. (…) El tema pasa por tratar de poder tener proyectos. No necesariamente tiene que ser hacer un viaje alrededor del mundo, puede ser ir a la peluquería, bañarse todos los días, cocinarse. Pequeñas grandes cosas para tratar de no perder la autonomía… y la autoestima».

Foto Florencia Downes

Foto: Florencia Downes.

 

Estela, 80 años

Le gusta la lectura, la música y el yoga.

«Uno por la edad va perdiendo amigos y necesitamos socializar, no estar solos. Al hacer estas actividades me siento mejor incluso en cuanto a salud. (…) A mi me gustaría que todos los lugares que tienen escalones tengan algo para agarrarse, porque nos da temor subir sin agarrarnos y termina limitando la autonomía, tenemos que estar pidiendo ayuda. Que nuestros hijos nos ayuden y aconsejen pero que no nos digan qué hacer. Uno también tiene que tener autonomía para decidir».

Foto Florencia Downes

Foto: Florencia Downes.

 

Salomón, 82 años

Es contador activo.

«Es muy importante tener actividades distintas a lo habitual. También me gusta que haya diversidad de edades, porque sino siempre terminamos hablando de lo mismo. Me gustaría integrarme con personas más jóvenes porque tenemos nietos, hijos, pero la relación es otra. (…) En la publicidad y los programas de televisión se hace mucha fuerza para llegar a los jóvenes, es como que las personas mayores son dejadas de lado, quizás porque se cree que no consumen. Quedamos afuera».

Foto Florencia Downes

Foto: Florencia Downes.

 

Elena, 83 años

Es terapeuta corporal.

«A la gente le cuesta creer que tengo amigos de 110 años que están bárbaros. A veces encontramos cuerpos muy grandes, de muchos años, pero con muchas ganas y vitalidad -contó y aseguró orgullosa:- Hasta hace un tiempo atrás he corrido maratones en el Rosedal. (…) Por supuesto que hay otras realidades, pero esto también es parte. La sociedad no se imagina esto cuando piensan en personas mayores, sólo se piensa en enfermedad a partir de determinada edad».

Foto Florencia Downes

Foto: Florencia Downes.

 

Guillermo, 82 años, y Lucrecia

«A veces nos sentimos excluidos con las cosas que hay que hacer en computación, en los bancos, los trámites. Cuando uno tiene que estar preguntando constantemente a todo el mundo la autoestima se cae. Lo que necesitamos a esta edad es tratar de mantener nuestra estima y autonomía lo máximo posible. (…) Cuando hacen todas estas pantallas tendrían que probarla con gente adulta para ver si lo pueden hacer o no porque sino sentimos que nos dejan a un lado por no poder, no tiene por qué ser así. (…) Explicar claro las cosas y promover el acceso a la tecnología es cada vez más importante para poder seguir integrados».

Foto Florencia Downes

Foto: Florencia Downes.

 

Mario, 73 años

Es contador público jubilado.

«Uno quiere y necesita estar con gente, escuchar otros relatos, sentimientos, intercambiar y no creer que las cosas le pasan solo a uno. Es importante encontrar espacios de encuentro, para contrarrestar un poco los efectos que tiene la soledad y el aislamiento y el impacto que eso tiene en la salud de uno».