ALEJANDRO GRIMSON Los ataques a Cristina «reeditan un antiperonismo clásico que no aprendió de la historia»

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El asesor presidencial Alejandro Grimson consideró que «el antiperonismo clásico, que no aprendió nada de la historia» en su intento por «desperonizar al país», se reedita hoy en los «ataques de los poderes concentrados» hacia la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En una entrevista con Télam, el antropólogo y coordinador del programa Argentina Futura opinó que «negarle el derecho a la defensa» a la Vicepresidenta en el juicio Vialidad es la «amenaza más grave a la democracia argentina» desde los levantamientos carapintadas de finales de los `80.

«Lo que horroriza a ciertos sectores de la oposición, no es lo que hace el peronismo, sino ver que eso que hace el peronismo (en alusión a su movilización y unificación) son las consecuencias de sus propias acciones antidemocráticas»

«No existe democracia sin pluralidad. No existe democracia violando derechos de los ciudadanos y ciudadanas y de los principales dirigentes políticos. Todos los dirigentes democráticos del país deberían defender el derecho de Fernández de Kirchner a tener, no sólo un juicio justo, sino a seguir siendo protagonista de la política argentina», analizó.

Con todo, Grimson entendió que lo «positivo» de esta situación es que existe «un enorme sector de la ciudadanía que no se va a quedar de brazos cruzados frente al avasallamiento de los derechos fundamentales que garantiza la Constitución Nacional».

Frente a esa certeza, para Grimson, «lo que horroriza a ciertos sectores de la oposición son las consecuencias de sus propias acciones antidemocráticas», que producen, en espejo, el poder de «unificación» y «movilización» del peronismo.

Foto Maximiliano Luna

Foto: Maximiliano Luna.

– A partir de los hechos ocurridos esta semana en el juicio por el supuesto direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz ¿advierte un intento por condicionar al Gobierno y limitar las chances electorales del Frente de Todos?
– Estamos ante la amenaza más grave que tuvo la democracia argentina desde 1987, que fueron los levantamientos carapintadas. Estamos ante 3 toneladas de acusaciones falsas. Lo que no hay es una sola prueba en contra de Cristina Fernández de Kirchner. Si hubiera una prueba ya la hubiéramos leído en los diarios. El lunes pasado hubo un agravante impresionante, que fue denegado el derecho a la defensa y eso cambia cualitativamente la situación porque se violó un principio constitucional. La Constitución no plantea dudas: hay inocencia hasta que se demuestre lo contrario. Ningún ciudadano puede estar cercenado en su derecho a la defensa. Este país juzgó a personas acusadas de crímenes atroces contra la humanidad, pero con derecho a la defensa. Así se juzgaron. No se juzgaron ante tribunales que establecieron condenas previamente. Acá tenemos un problema: un sector importante de los medios de comunicación convenció a parte de la población que Fernández de Kirchner es culpable. Pero el `debido proceso fue violado` y, por lo tanto, estamos ante la situación más delicada para la convivencia democrática desde los años `80. Sabemos que no hay pruebas, es obvio, pero el punto es que eso deberían decirlo todos los dirigentes democráticos de Argentina. No importa si están a favor o en contra de las ideas de la Vicepresidenta, si creen que gobernó bien o mal. Eso no es lo que estamos discutiendo, sino que hay una acusación que no tiene sustento.

– ¿Es posible alcanzar acuerdos hacia un nuevo contrato social y hacia cambios estratégicos para el desarrollo del país con una oposición tan radicalizada tanto en el plano político, como en el empresarial y judicial?
– Los acuerdos hay que construirlos con las grandes mayorías sobre algunas cuestiones fundamentales. El mundo está viviendo un incremento de la polarización política, de intentos más o menos exitosos de erosión de las vías democráticas y de radicalización de los sectores de derecha y ultraderecha. La Argentina tiene en contra que, antes de la pandemia y la guerra en Ucrania, ya tenía dos años de crisis previa: la megadevaluación que pulverizó el nivel de ingresos y pegó un salto en el nivel de pobreza. La crisis en Argentina tiene 2 años más que en el resto del mundo, pero a favor tenemos una tradición de lucha que empezó durante la última dictadura militar y continuó a lo largo de los años. Cuando se ve a la sociedad reaccionando frente a una situación de injusticia flagrante contra una líder política como Fernández de Kirchner estás viendo actuar las reservas sociales, políticas, culturales de un país al cual la democracia le costó mucho. Le costó muertos, torturas, cárceles, desapariciones y una generación diezmada. Y esa memoria está en la sociedad y ese es el punto a favor que tiene la Argentina de tantos años de lucha, que dejaron un sedimento, una herencia y un legado.

«El peronismo se unificó frente a grandes ataques de los poderes concentrados contra el pueblo trabajador o contra el pueblo peronista. El 17 de octubre fue eso. Frente a este ataque el peronismo se está unificando y está actuando y va a actuar de manera unificadas»

– ¿Considera que las reacciones de un sector de la oposición y de ciertos medios de comunicación, con críticas a los mensajes de los últimos días del Presidente y de la Vicepresidenta, pueden ser un reflejo de cierto temor de los grupos económicos dominantes a la reunificación del peronismo detrás de la figura de Fernández de Kirchner?
– Cuando uno hace un análisis histórico, el peronismo siempre fue heterogéneo. En el `45, en el `74, en el 2003 y hoy el peronismo es diverso. En cada momento hubo liderazgos, conducciones y a veces problemas y crisis. Ahora, el peronismo se unificó frente a grandes ataques de los poderes concentrados contra el pueblo trabajador o contra el pueblo peronista. El 17 de octubre fue eso. Frente a este ataque el peronismo se está unificando y está actuando y va a actuar de manera unificada. Hay sectores del antiperonismo clásico que no aprendieron nada de la historia, que mostró que los intentos de desperonización terminaron generando la persistencia del peronismo en el tiempo. Hoy estamos viviendo una situación en la que otra vez los poderes concentrados atacan a una expresidenta y actual Vicepresidenta y eso genera la unificación del peronismo. Pero lo que horroriza a ciertos sectores de la oposición, no es lo que hace el peronismo, sino ver que eso que hace el peronismo (en alusión a su movilización y unificación) son las consecuencias de sus propias acciones antidemocráticas.

Foto Maximiliano Luna

Foto: Maximiliano Luna.

– En este contexto ¿Cuáles son las principales dificultades en el camino hacia consensos básicos que permitan que la Argentina profundice su desarrollo?
– A partir de la última dictadura se dio en el país algo que no sucedía en otros Estados que es la destrucción de capacidades productivas nacionales. Se da entonces una discusión sobre si la Argentina produce y tiene industria nacional, soberanía sobre sus recursos naturales, si tiene ciencia y tecnología para agregar conocimiento… o no. Esa es una discusión que debería ser previa a cómo se distribuye. Yo tengo una posición vinculada al crecimiento con políticas redistributivas sostenidas para alcanzar la justicia social. Entiendo que en una vida democrática algunos sectores dicen `Nosotros queremos que haya menos distribución` y que otros que dicen `Queremos que haya más`. Esa es una discusión que existe en todas las sociedades, pero en Argentina necesitamos que no exista más la discusión sobre la producción. Porque si la Argentina no produce, no puede generar empleo, ni alcanzar pleno empleo y, si no hay pleno empleo, no puede haber igualdad de oportunidades y eso es un proyecto nacional.

«Hay cosas que fallaron en forma grave y se necesita una reforma integral que permita que el Poder judicial esté a la altura de las necesidades de la democracia argentina del siglo XXI»

– ¿Considera urgente para el Gobierno insistir con una reforma judicial?
– Creo que la Argentina necesita que el Congreso genere las leyes necesarias para que la justicia funcione de manera adecuada a las necesidades de la ciudadanía y del país. Las consideraciones sociales sobre el Poder Judicial son lamentables. Y eso es porque realmente hay cosas que fallaron en forma grave y se necesita una reforma integral que permita que el Poder judicial esté a la altura de las necesidades de la democracia argentina del siglo XXI.

Foto Maximiliano Luna

Foto: Maximiliano Luna.

 

ARGENTINA FUTURA: UN LIBRO QUE ABRE EL DEBATE SOBRE LAS FÓRMULAS DEL DESARROLLO INTEGRAL DEL PAÍS

«Argentina Futura: un horizonte deseable y posible», es una publicación con la que el Gobierno invita al debate sobre la «enorme oportunidad» que tiene el país para avanzar hacia un «desarrollo integral», con un cambio de su «matriz productiva, distributiva y territorial, con nuevos polos urbanos que «agreguen conocimiento y valor en origen» a la producción y aporten a una industrialización federal.

Así lo sintetizó Grimson, coordinador del programa Argentina Futura y uno de los autores del libro que lleva ese nombre, elaborado en base a las disertaciones del Foro Universitario del Futuro y a unas 500 propuestas de unos 3 mil científicos y científicas sobre 50 temas estratégicos.

«El libro muestra que de acá a 10 o 15 años la Argentina tiene posibilidades reales de cambiar y muestra el camino que deberíamos recorrer para conseguir eso«, resumió Grimson, para quien es necesario que los argentinos «sepan qué es lo que está en juego» en vísperas de un crecimiento del país.

Explicó que «es posible que el bienestar, en unos años, alcance a todos y todas, pero también está la posibilidad que las riquezas se concentren en muy pocas manos».

«Queremos llamar la atención a nuestros compatriotas para que sepan qué es lo que está en juego en este momento y por eso es posible que haya tanta polarización en el país; en el libro mostramos el trazo grueso del camino por el cual se puede lograr un desarrollo integral», declaró.

Grimson planteó también que el libro Argentina Futura reconstruye el recorrido de «la lógica pendular en la Argentina y sus consecuencias».

«Sin superar la lógica pendular no hay proyecto político ni económico sostenible. El libro propone una narrativa divergente», dice el autor en el prólogo.

Algunos de los ejes desarrollados son: cambio climático, el bimonetarismo, la lucha contra la desigualdad social, las nuevas formas del Estado y del territorio en el futuro, la diversificación de núcleos urbanos, los nuevos senderos productivos.

El programa Argentina Futura es una plataforma de pensamiento plural y diversa, con perspectiva federal, que promueve e invita a pensar colectivamente en el futuro.