Alud en Villa Huinid; ¿Accidente natural o falla humana prevenible?

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Bariloche es una ciudad que está inserta en un bosque, en una zona montañosa y muchas de las cuestiones y riesgos que son parte de la dinámica natural de estos sistemas, no son tenidas en cuenta en el día a día. ¿Cómo es la planificación urbana en estos contextos? ¿Está preparada la ciudad para el entorno en el que está inmersa? ¿Es un problema exclusivo de la ciudad o se aplica a otras de la región? Estas y muchas otras preguntas surgen a partir de la reciente tragedia ocurrida en el complejo turístico Villa Huinid, que nos plantea un tema delicado, especialmente porque hubo pérdidas de vida de por medio. Las responsabilidades políticas y penales del caso han desatado gran polémica y están en curso interpelaciones políticas y judiciales. Por lo que pensamos que es necesario no quedarse solo en las responsabilidades puntuales del caso, sino tratar de complejizar y contextualizar el problema, con una mirada más general. Por ello, en el marco del programa de radio “33 de mano” de la Coop. de Comunicación Al margen, que se emite por Radio Nacional Bariloche, buscamos destacar testimonios de especialistas que nos den esa mirada más amplia sobre estos eventos en la ciudad y la región.

Los aludes, deslaves, remociones en masa, derrumbes en contexto de grandes precipitaciones, no son una rareza en nuestra ciudad ni en la región, ya que existen numerosos antecedentes de situaciones similares. Francisco Paz, arquitecto, especialista en obras y licitaciones públicas con más de 30 años de experiencia en la gestión pública en Bariloche, recuerda algunos otros sucesos similares. En pleno centro de la ciudad, naciendo en el barrio el Mallín y atravesando, medio entubado, calles y lotes privados, entre la calle Curuzú Cuatiá y la intersección de calles conocido como “las cinco esquinas”, se encuentra parte del cauce del Arroyo sin nombre. “Por modificaciones en el arroyo, por entubamiento, por construcciones por encima del arroyo, se produjo desvío de los cauces naturales y se fue la calle (24 de septiembre)”, recuerda Francisco. Hubo que hacer una obra importante para volver a entubar y reconstruir la calle (año 2000). Y los casos más graves, retoma, en la barda del Ñireco, donde pasa el arroyo Ñireco, “está el edificio al que llamaban “edificio escalera”, muy cerca de la calle Segundo Sombra, hubo una casa que estaba en la cima de la barda y tuvo que ser desalojada porque se descalzó totalmente” (año 2004). La zona del Ñireco se encuentra hacia el Este de la ciudad, cercana a la estación de Ferrocarril y a la terminal de ómnibus. “Anteriormente había habido un caso en el mismo lugar, cuando se produjo un deslave, un desplazamiento en masa de tierra que destruyó una casa y había una familia adentro que falleció (fines de los años 90). Hubo varios casos de deslaves, fundamentalmente por construcciones sobre cauces o en ladera, que no tiene mucha cohesión, y por deforestación. Lo más grave es la deforestación”, sostiene Francisco. No hay que irse a la montaña para presenciar un desplazamiento en masa de la tierra, ya que la ciudad está emplazada en una zona montañosa y boscosa.