A dos años del asesinato del pastor y ex concejal Eduardo Trasante Un crimen mafioso que aún no tiene justicia

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A dos años del asesinato del pastor y ex concejal Eduardo Trasante, sus familiares y compañeros se convocaron ayer en el Centro de Justicia Penal para reclamar por la paz, la justicia y el cese de la violencia que azota Rosario. El encuentro se enmarcó en una jornada denominada «Mafias o democracia», y estuvo a cargo de dirigentes y militantes del partido Ciudad Futura, por el que fue elegido concejal Trasante. La manifestación, organizada también junto a La Poderosa desde las 17, tuvo expresiones musicales, plásticas y políticas y contó con la presencia de quienes fueron sus camaradas de militancia. La actividad, lejos de quedarse sólo en el recuerdo del pastor evangélico, recordó los casos de las víctimas de la violencia y del gatillo fácil que aún siguen impunes en Rosario. La causa tiene cuatro imputados pero a ninguno de ellos se le adjudica la autoría material del crimen. Sobre el ideólogo no hay suficientes indicios, y desde Ciudad Futura aseguran que no quedan dudas que se trató de un crimen mafioso en contra de la figura del pastor, que mantenía una lucha abierta contra los grupos narcos. Por su parte, la abogada querellante que lleva el caso, Gabriela Durruty, coincidió durante el acto de esa tarde en que «la causa no tiene movimientos de relevancia» desde que se produjeron las cuatro imputaciones de presuntos partícipes necesarios. Trasante fue asesinado en la tarde del 14 de julio de 2020 en su domicilio de San Nicolás al 3600, delante la familia de su pareja.

En diálogo con Rosario 12 la concejala de Ciudad Futura Caren Tepp explicó que  «este acto es por un lado es la reivindicación a una persona que fue un símbolo de la lucha por justicia contra la violencia, contra la desigualdad y el narcotráfico en nuestra ciudad. Y también en este lugar en particular que es el Centro de Justicia Penal porque es para exigir justicia y que se investigue a fondo el crimen de Eduardo, porque si bien hay cuatro o cinco imputados, hasta el momento no conocemos quiénes fueron los que llevaron materialmente su asesinato sino que tampoco sabemos quiénes dieron la orden,  quiénes mandaron a matar a Trasante ni las razones».

La dirigente confesó que » nosotros no tenemos dudas que esto tiene que ver con un entramado mafioso que existe en la ciudad y que se lleva la vida de víctimas y que principalmente son gente pobre de nuestra sociedad. En este caso fue un mensaje mafioso por lo que él representó, por su testimonio de vida por enseñarnos a transformar el dolor en lucha y jamás pedir venganza, sino justicia. Un poco es eso lo que estamos haciendo».

En esa línea Tepp se explayó acerca del carácter mafioso del crimen:  «La mayoría de los  crímenes resonantes de nuestra ciudad hablan de que todas las estructuras de la narcocriminalidad tienen no solamente de manera partícipe a la fuerza policial, sino que en muchos casos son los jefes de esas mismas bandas. Lo que fue el juicio a Los Monos es una prueba de esto: fueron más los imputados y los responsables policiales, que los civiles. Por eso decimos que hay un momento en que hay que hacerse cargo de que acá hay mucha de las bandas o de las principales bandas que tienen dentro de sus jefes a parte de la estructura policial. No hay duda que el narcotráfico permeó todo , a la sociedad, al mercado y al Estado», concluyó la concejala.

A su turno y desde el escenario la abogada Gabriela Durruty planteó varios de los ejes concordantes con el documento de Ciudad Futura, repitiendo que «la causa del Edu corrió la misma suerte que muchas otras, sobre todo cuando se trata de asesinatos de personas de los barrios: se empieza por investigar y señalar a las víctimas y su entorno. Así y todo, la investigación cuenta con 4 imputados y estamos expectantes por el juicio oral. Estos dos años de un asesinato que todavía nos sigue doliendo son un ejercicio de rememoración del legado del Edu, pero también, un grito de alerta y un llamado de atención: porque el tiempo se agota, porque los familiares de víctimas cada vez son más y tenemos que hacer algo ya» reclamó la letrada.

Para Durruty «el fenómeno de la violencia y la desigualdad está tornando a Rosario invivible, ningún proyecto de vida es sustentable cuando el narcotráfico lo ha permeado todo. Por eso, para enfrentar efectivamente a la criminalidad organizada, hay que pegarles por arriba y por abajo. Pero además hay que tener la valentía de avanzar en abordajes que corten definitivamente con el lavado de dinero en nuestra ciudad, para obturar ese infernal volumen de dinero que al final del día es lo que le da sentido y rentabilidad a la violencia» remarcó la militante de derechos humanos.

Cabe recordar que en octubre de 2020, los fiscales Matías Edery y Gastón Ávila imputaron a cuatro personas por su presunta participación en los preparativos del crimen, aunque se desconocen quiénes fueron los autores materiales. De acuerdo con la investigación, un piloto peruano llamado Julio Andrés Rodríguez Granthon, luego condenado por narcotráfico pero que ya entonces estaba detenido, dio las directivas para comprar el auto robado que se utilizó en el crimen de Trasante.

Los ejecutores fueron dos personas llamadas Alejo Leiva y Facundo López, quienes aparentemente recibían las órdenes que Rodríguez Granthon daba desde prisión. El cuarto imputado fue un joven que compró el Peugeot 308 blanco robado por 20 mil pesos, a sabiendas del uso que se le iba a dar, según los fiscales. Los tres primeros irán a juicio oral por su participación necesaria en el crimen el próximo año.