La cantidad de divorcios pasó de 12.000 a 7.000 anuales en los 35 años de vigencia de la ley

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La aprobación de la Ley 23.515 que permitió la disolución del matrimonio en 1987 provocó un aluvión de inscripciones de divorcios en el Registro Civil de la ciudad de Buenos Aires en donde se consignaron unos 12 mil pedidos anuales, promedio que se mantuvo durante tres años consecutivos en los que se regularizaron situaciones de casamientos contraídos hasta en 1920, pero en la actualidad la cantidad se redujo a poco más de la mitad.

Según datos oficiales del Registro Civil porteño, en 1987, año en que entró en vigor la ley que permitía la disolución del vínculo conyugal, se oficializaron 13 mil inscripciones de divorcio, 11 mil en 1988 y la misma cifra al siguiente año.

«Las altas cantidades de inscripción entre 1987 y 1989 se deben a que se regularizaron situaciones de más de 50 años, hemos llegado a inscribir sentencias en matrimonios cercanos a 1920», explicó en diálogo con Télam Facundo Bargalló Benegas, director general del Registro Civil y Capacidad de las Personas.

Asimismo, las estadísticas oficiales advierten que desde 1990 estas cifras descendieron a 7 mil y se mantuvieron constantes, bajando levemente en 2002 (6 mil) y con un repunte en 2015, año en que entró en vigencia la última reforma al Código Civil y Comercial de la Nación, cuando se registraron más de 8 mil inscripciones.

En 2016, en tanto, también se registró ese número y en 2017 crecieron a 8.900.

Esta última reforma del Código establece la posibilidad de un «divorcio expres» que agiliza el proceso legal de la disolución del vínculo y que puede llevarse a cabo sólo con la presentación de demanda de divorcio por una de las partes de la pareja, es decir, no exige como la ley predecesora que ambas personas estén de acuerdo en divorciarse.

En cuanto a los casamientos, se registró «un fuerte incremento con el regreso de la democracia» con 17 mil inscripciones anuales en 1983, pero con picos de entre 25 y 30 mil durante los años siguientes y hasta los primeros años de la década del ’90, advirtió el funcionario.

«A medida que se fue incorporando el concubinato en la sociedad, la cantidad de casamientos bajó y se mantuvo constante en los últimos diez años», aseguró Bargalló Benegas.

Según las estadísticas del Registro Civil, uno de cada dos matrimonios termina en divorcio y el plazo promedio en el que una unión «se sostiene en el tiempo» es de 12 años.