Desde la adolescencia los focos la iluminaron, incluso hasta el hartazgo. Cada movimiento de su cotidianidad se transformaba en un hecho noticioso o de interés para el público, lo que sumió a Gabriela Sabatini en una posición de incomodidad. No se sentía a gusto en esas aguas de extrema exposición.
El talento innato, más el esfuerzo diario, catapultaron a la deportista a convertirse en la mejor tenista de la Argentina, al conquistar el mundo del circuito competitivo, con grandes gestas como levantar la codiciada copa del US Open (1990) o alcanzar el número tres del ranking.
Desde ese punto, Gaby se recluyó, armó un escudo a su alrededor y se dedicó a disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Hoy luce espléndida a los 51 años, a tal punto que acaba de regresar a la competencia en el torneo de leyendas del Roland Garros, donde forma pareja con Gisela Dulko,
Hace unos pocos años, su cuñada Catherine Fulop deschavó un romance rimbombante de Gabriela con Ricky Martin, nada más y nada menos. “Entonces vino a comer a mi casa Ricky Martin. Yo tengo fotos con él abrazados. Con Gaby tuvo un ‘touch and go’”, contó en los medios la esposa de Ova Sabatini.
Se la ha vinculado a la ex tenista con innumerable cantidad de famosos, desde Donald Trump a Leo Montero e incluso con el actor estadounidense Mickey Rourke. Pero nunca nada oficializado. Lo cierto es que Gaby reside en Suiza, donde se mueve con extrema libertad, como una ciudadana más.
Dentro de todo el ostracismo, Sabatini ha entregado algunas pequeñas pistas al dejarse fotografiar, hace décadas, con Luján Grisolía. Se trata de una argentina que la acompaña en una enorme cantidad de actividades, y con la que se la vio en 2019 en plenas vacaciones en Mallorca, las dos disfrutando del mar y el sol.
Luján ha experimentado cenas familiares con Gaby, y desde las entrañas del entorno de la deportista aseguran que configuraron una pareja muy sólida, con mucho amor y respeto hace unos 15 años.
